El Liverpool ha transformado Old Trafford en un auténtico «Teatro de Pesadillas» con una aplastante victoria sobre el Manchester United, dejando a los ‘Red Devils’ al borde del abismo. Los fallos en la creación y la debilidad defensiva han condenado a un equipo que no logra levantar cabeza. Su entrenador, Erik Ten Hag, ha resistido en el banquillo durante tres temporadas, pero esta derrota podría ser el golpe final que ponga fin a su etapa al frente del United.
Mientras unos caen, otros se elevan. El Liverpool ha demostrado una versión imparable en su primer gran desafío de la temporada. Las buenas actuaciones contra Ipswich Town y Brentford se confirmaron hoy. Arne Slot ha encajado perfectamente y su equipo se perfila como un serio aspirante al título.
La primera mitad comenzó con un ritmo bajo y pocas ocasiones. El Liverpool intentaba crear, pero sin mucha precisión, mientras que el United no lograba acercarse a la portería de Alisson, convirtiendo el partido en una serie de imprecisiones típicas de este punto de la temporada. Un gol de Arnold parecía abrir el marcador, pero fue anulado por el VAR, retrasando lo que parecía inevitable.
El United no empezó tan mal como terminó, pero dos errores cruciales enterraron sus esperanzas. Una vez en desventaja, no pudieron reaccionar.
Casemiro fue el protagonista negativo, perdiendo dos balones que resultaron en los primeros dos goles del Liverpool. Fue sustituido al descanso y queda muy señalado tras este partido. En contraste, Luís Díaz y Salah atormentaron a la defensa del United, dejando claro que son de los jugadores más en forma del momento.
En el minuto 35, Casemiro perdió el balón, lo que permitió a Salah desbordar por la derecha y enviar un centro perfecto al segundo palo, donde el ‘7’ del Liverpool cabeceó para abrir el marcador. El segundo gol fue similar: otro error de Casemiro facilitó que el Liverpool llevara el balón a la derecha, donde Salah asistió a Luís Díaz, quien colocó el balón en la base del poste. Demasiado sencillo para el Liverpool, un golpe demasiado duro para el Manchester.
Gravenberch también merece una mención especial. En medio del caos inicial, se fue ganando confianza y se adueñó del mediocampo. Aunque Mac Allister y Szoboszlai tuvieron actuaciones discretas, el neerlandés fue imperial, sosteniendo a su equipo casi en solitario y siendo clave en la superioridad visitante en Manchester.
El Liverpool siguió atacando, pero sin lograr ampliar su ventaja. A pesar de que el United intentó responder con un ritmo más alto en la segunda mitad, otra pérdida, esta vez de Mainoo, permitió al Liverpool marcar el tercero. Salah, imparable cuando está en forma, no tuvo problemas para batir a Onana, sumando su décimo gol en nueve partidos en Old Trafford.
El Liverpool tuvo oportunidades para aumentar su ventaja, pero no lograron capitalizar. El United pasó unos minutos en shock, con el Liverpool creando ocasión tras ocasión, aunque sin éxito. Con el partido controlado, el Liverpool gestionó los tiempos hasta que el árbitro señaló el final.
El Liverpool se reafirma como un serio candidato al título, sumándose a la contienda con Arsenal y City, mientras que el United se hunde en una crisis profunda. Tras un verano lleno de expectativas, el inicio de temporada ha sido desastroso para el lado rojo de Manchester. Estos noventa minutos podrían marcar un antes y un después en la historia reciente del United.